La historia de los pórticos de Bolonia
Expresión y elemento de la identidad urbana de Bolonia: así los define la UNESCO, que en 2021 los coronó Patrimonio Mundial de la Humanidad.
La historia de los pórticos de Bolonia es una historia absurda y milenaria, que los ha llevado de ser una solución de suerte a una ley estructural, y de una ley estructural al símbolo de la ciudad en el mundo al igual que la mortadela y las Dos Torres. Los primeros porticos surgen alrededor del año mil, más o menos coincidiendo con el nacimiento de la Universidad, la primera del mundo occidental. Esta institución naciente atrae hacia la ciudad cada vez más personas: sobre todo estudiantes, pero también gente del campo, intrigada por las grandes posibilidades que una Bolonia podía ofrecer cada vez màs. La afluencia trae consigo un renovado florecimiento de los comercios, pero también los inconvenientes causados por la repentina superpoblación, como el problema de la escasez de viviendas disponibles.
De abusivos a patrimonio de la Unesco
Los ciudadanos, por lo tanto, comienzan a hacer espacio para los recién llegados: lo hacen ampliando la superficie de sus viviendas, apoyándolas primero con bolsas de madera y luego, cuando el peso se vuelve insostenible, con columnas para sostenerlas desde abajo. Pronto nos damos cuenta de que los pórticos permiten a los ciudadanos encontrarse, comerciar y protegerse de la intemperie y la suciedad de las calles: la medida, inicialmente abusiva, en 1200 se convierte incluso en ley, mediante un anuncio en el que se establece que cada edificio debería tener obligatoriamente su porche. El documento especifica también las medidas: 2,66 metros de altura y anchura (correspondientes a 7 pies boloñeses), el espacio suficiente para permitir el paso de un hombre a caballo. A mediados de 1300, los pies se convierten en 10, y los pórticos de los nuevos edificios en construcción ganan amplitud adicional. Inicialmente construidos en madera, se convierten en piedra o ladrillo solo en 1500, y la estratificación de épocas y estilos sigue siendo bien visible en el tejido de la ciudad
¿Pero cuál son los pórticos de Bolonia patrimonio Unesco?
No existe otra ciudad que pueda contar con tantos kilómetros de pórticos en su perímetro urbano: son màs de 53 kilometros y los más célebres son sin duda los de San Lucas, el santuario que vigila la ciudad. Sus 666 arcadas y sus más de 3.000 metros de longitud son Guinness World Record para el pórtico más largo del mundo, que se estrecha alrededor de la Colina de la Guardia construyendo la alegoría de una serpiente aplastada por el poder divino. Pero de los pórticos de la UNESCO también forman parte los pórticos de Piazza Santo Stefano, los de Strada Maggiore (entre los cuales el de madera de Corte Isolani, uno de los pocos que quedan de este material), los frecuentados por los estudiantes universitarios de vía Zamboni, los de vía Galliera - una vez la principal arteria del centro -, de Piazza Cavour y vía Farini con sus frescos, y de vía Santa Caterina. Luego hay el pórtico del Pavaglione, que atraviesa el Archiginnasio y Piazza Maggiore, el MAMbo (el Museo de Arte Moderno), el Teatro Baraccano, el cementerio de la Cartuja y el "tren" de la Barca, en el barrio homónimo.
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